En Atera, último álbum de la banda, se reconoce a todos los Zea Mays, con ese aderezo inigualable que sólo otorgan los años: la (engañosa) sensación de hacer que todo parezca fácil y sencillo. Porque eso es lo malo de las buenas ideas: que luego hay que llevarlas a cabo, y mientras algunos se pierden por el camino, Zea Mays saben cómo hacer un buen disco; tienen una buena lista de antecedentes, siempre a mano para hacer dudar a quienes los consideran unos meros one hit wonder.
Todos los Zea Mays en uno y uno para todos.